Pintor

El cielo estaba nebuloso, gris.

El viejo pintor lo imaginó azul y despejado, y así lo pintó.

Sucedió entonces que el cielo se aclaró y se puso del mismo color que tenía en el cuadro del artista.

La mujer cuyo retrato hizo el pintor no era hermosa.

El artista, sin embargo, la embelleció al pintarla.

Y sucedió que la mujer se volvió bella como jamás lo había sido.

Fue así como el pintor descubrió que podía cambiar la realidad con sus pinceles.

Era anciano ya, y se pintó a sí mismo joven y gallardo.

Recobró su gallardía y juventud, pero no pudo ya pintar: había perdido el arte que con los años adquirió.

Ahora el joven es solamente eso: joven.

No tiene amigos, y las personas huyen de él porque anda siempre triste.

Lo último que supe de él es que se había pintado viejo, como era antes.

Diez versiones hizo de ese cuadro, pero no sucedió nada.

Daniel Ulibarri

Amante del humo, la gasolina, los químicos y preservantes. Quienes abriguen escrúpulos de moralina, se encierren en sus 'tiquismiquis' de conciencia y provincialismos santurrones, favor dejen de lado estos renglones ahora mismo.

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