Peligro
Hay una emoción común que todos reconocemos,
todo aquello que aún no hemos nombrado.
La feliz anticipación de poder sentir desprecio.
La fealdad elemental en los rostros de la multitud.
Las apestosas mazmorras llamadas por el olvido,
celdas en forma de botella de roca sólida.
Nada se escapa tranquilamente para aliviarnos.
Un terremoto, alguna traición por parte de nuestras salvaguardias,
chispas de la memoria que encienden los gases nocivos:
las cosas atrapadas durante años vuelan libres,
listas para explotar de dolor y llevarnos a un comportamiento peligroso.