Decadencia

Hay magia en la decadencia.

Un baile por hacer para

la podredumbre, el gusano esparcido.

Montones de carne que se amontona

sobre la tierra llena de estiércol

y la humedad que se junta

y se oxida y contamina.

Hay un poco de esto

incluso en el alma más zoética,

Los brazos del niño que baila

agitándose con una vieja canción que va

seduciendo a las moscas del día…

Lejos a cualquier rango,

el nativo es el más cercano.

Sólo hoy yo camino a lo largo del río

con mi vida en mi mochila.

En el camino había una serpiente,

vientre arriba y todavía nerviosa:

el fantasma de algún pasado,

la bicicleta o el caballo apenas

comienza a mostrar signos

de holgura y aferramiento.

En la oscuridad se afirma la carne.

que a su vez dice que sí, sí, que vamos

a pudrirnos juntos pero no hasta

habernos drenado la savia

que queda en estos árboles.

No hay más aguante.

Daniel Ulibarri

Amante del humo, la gasolina, los químicos y preservantes. Quienes abriguen escrúpulos de moralina, se encierren en sus 'tiquismiquis' de conciencia y provincialismos santurrones, favor dejen de lado estos renglones ahora mismo.

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