Mi última cena

Casi puedo saborear la matequilla.

El gusto y el olfato son los sentidos más antiguos

Y los más cercanos al centro de la mente.

Son las partes que preceden a la compasión

Y a la moralidad.

Juegan en el domo de nuestros cráneos

Como milagros que iluminan la bóveda de una iglesia.

Las ceremonias, las visiones y las diversas cenas

pueden ser más cautivadoras que el teatro.

Nunca pregunto quê hay para cenar.

Estropearía la sorpresa y no suelo rendirme al lamento.

Pero siento abandonar la mesa.

Me habría gustado enseñarles mis apetitos,

Pero esta sopa no está muy buena.

Infusiones de perejil y tomillo;

Más para su bien que para el mío.

Estaré debajo de la mesa.

Daniel Ulibarri

Amante del humo, la gasolina, los químicos y preservantes. Quienes abriguen escrúpulos de moralina, se encierren en sus 'tiquismiquis' de conciencia y provincialismos santurrones, favor dejen de lado estos renglones ahora mismo.

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