
Vidas
Entonces vi al hombre de ojos blancos
inclinándome para ver si estaba listo
para ir donde ha estado esperando llevarnos.
Entonces vi el roer que mi fe ha estado
haciendo y también que la forma que canta.
Es del color de las montañas de hierro fundido.
Manejé tanto tiempo para encontrarme
que olvidé que tenía que buscarte desde
que naciste, esperando que te encuentre.
He girado y girado a través de estas vidas
donde olvidarme es lo que hago para no tener
que mirarme a mí mismo.
Me ahogaría en un riachuelo excavado,
un campo de nuestras encarnaciones forjaron
el primer camino a través de esas montañas.
Te invité a pasear conmigo ahí por primera vez,
para hacer una pausa y tirarme en la hierba
mientras te leo el poema que no sabías
que estabas esperando escuchar.
Leí hasta que finalmente te dormiste
con todas tus sintaxis dentadas, que se
suavizaron hasta quedar en reposo.
Siempre estás conduciendo tan lejos de mí
hacia la eternidad y yo me preocupo, sin vos.
Me quedo ahí despierto, vigilando.
Mientras roncabas te admiro, como siempre:
esperando para despertar y volver a mí.
Compartir:
- Haz clic para imprimir (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Twitter (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Tumblr (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en WhatsApp (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Pinterest (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Reddit (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para enviar por correo electrónico a un amigo (Se abre en una ventana nueva)
- Más


Entradas Relacionadas

Círculo vicioso
septiembre 11, 2021
El lince
agosto 12, 2020