
Todo
viniendo de un lugar donde serpenteábamos por las mañanas y nos encontrábamos con codornices, arrendajos, sinsontes, conocíamos coyotes, como todos los demás, conocíamos cactus, conocíamos plantas rodadoras, líquenes en las rocas y cochinillas debajo, a veces cascabeles, el suave olor a salvia y el fermento de la tuna. viniendo de este lugar, de un lugar donde la hierba puede crecer más verde en la ladera en invierno que en cualquier jardín, donde todo el resto del año todo lo que amaba, guisante de chaparral, cepillo de botella, jacaranda, mariposa, piñón y desierto el roble, el jardín trasero, la hierba seca susurrando mucho después de las últimas lluvias, mapaches entrando y saliendo de las colinas, basura arrojada por el viento más cálido, la hierba seca ahora alta y dorada, sillas de jardín, eucalipto, todo, en un lugar que conocíamos, todo, sabíamos, lo pequeño y lo grande y lo mío y lo nuestro.
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