
Todabuena
Esta planta tiene un hermoso nombre: se llama todabuena.
Adorna con sus flores amarillas el monótono paisaje del invierno que todavía no se va y de la primavera que aún no llega.
Sus verdes hojas anticipan el verdor de otras plantas que esperan que venga abril para abrirse a la vida.
La gente ama a la todabuena. Con ella y con aceite se hace un bálsamo que cura las heridas.
Cuando alguien tiene palabras de consuelo ante la muerte o el sufrimiento se dice de él que es como la todabuena.
Así querría ser yo, igual que esa planta humilde que da al mundo su callada belleza y su silenciosa caridad.
Pero mi alma no es el alma sencilla de la hierba, sino el alma enturbiada del hombre. Aun así, espero el día en que se abrirá a la vida.

