
Teólogo
Este hombre es teólogo.
Ahora está escribiendo.
¿Acerca de qué escribe?
Acerca de Dios, claro.
De Dios es de lo que los teólogos escriben.
En los actuales tiempos es muy difícil escribir de Dios.
¿Qué decir de Él después de lo que dijeron San Agustín, Santo Tomás de Aquino y los doctores de la Iglesia?
Entre ellos, por cierto, hay algunas doctoras, cosa que al teólogo le mortifica un poco.
El teólogo, como antes dije, está escribiendo acerca de Dios.
También está escribiendo acerca de los ángeles y los arcángeles, de los serafines y los querubines, de los apóstoles, los confesores y los mártires, de los santos.
En este momento al teólogo lo acomete un fuerte y súbito dolor de muelas.
Al punto se olvida de todo aquello acerca de lo cual estaba escribiendo.
Toma el papel, lo arruga con violencia, lo arroja al cesto de la basura y sale de su estudio al tiempo que exclama con enojo:
-¡Al diablo todo!
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