
Soneto con naufragio
Todo me tenés; me posees todo
en piel y en alma, en sangre y pensamiento;
tuyo en la eternidad y en el momento;
tuyo en azul y negro, en alba y lodo.
A tu cuerpo de tierra me acomodo
y mi polvo se eleva con tu viento.
Me das la redención y el hundimiento.
Me hacés y me deshacés a tu modo.
Tus ojos son mi brújula y mi espejo.
Sos, amor, mi vértice y mi abismo.
En tu río me apago y me reflejo.
Yo soy lápida, vos me convertís en sismo…
Y cuando de tus márgenes me alejo
vuelvo a ser nada: vuelvo a ser yo mismo.

