Un pedazo de tierra para posar mi planta
y ahí una huella sabia que conduzca la mía.
Un rincón en el cielo donde anidar mis ansias
con una estrella,
para saber que mis ángeles me miran.
Sobre mi frente un techo;
bajo el techo una llama;
un pan que nunca falte,
y una pareja complicada.
El amor como el pan:
inteligente, brillante, cálido.
El pan como el amor,
de suavidad benigna.
Un amigo y un libro.
Salud, pero no tanta como para olvidar
que he de morir un día.
Sosiego en el espíritu.
Gratitud en el alma.
Eso pido al universo,
y al final de mi vida darlo todo
a cambio de un poco de esperanza.