
Narcisos
Yo vagaba tan solo como una nube
que flota en lo alto sobre valles y colinas,
Cuando de repente vi una multitud,
una hueste, de narcisos dorados;
Junto al lago, bajo los árboles,
Revoloteando y bailando en la brisa.
Continuo como las estrellas que brillan
en la vía láctea se estiraron en fila
interminable a lo largo del margen de una bahía:
Diez mil vi de un vistazo, sacudiendo
sus cabezas en una danza animada.
Las olas a su lado bailaban; superó
las olas chispeantes en júbilo:
Un poeta no podía sino ser alegre,
En tan jocosa compañía:
miré, y miré, pero no pensé qué riqueza.
Me había traído el espectáculo: porque
a menudo, cuando en mi sofá me acuesto
en el estado de ánimo vacante o pensativo,
destellan en ese ojo interior que es la dicha
de la soledad; entonces mi corazón se llena
de placer y baila con los narcisos…
Compartir:
- Haz clic para imprimir (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Twitter (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Tumblr (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en WhatsApp (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Pinterest (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Reddit (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para enviar por correo electrónico a un amigo (Se abre en una ventana nueva)
- Más


Entradas Relacionadas

Pequeñas sutilezas
noviembre 3, 2021
Se desploma el barco
marzo 30, 2020