
Línea
Los geómetras afirman que las líneas paralelas pueden prolongarse hasta el infinito sin juntarse nunca.
Posiblemente esa afirmación pueda aplicarse a las líneas paralelas que no se enamoran una de otra.
En el caso de las líneas paralelas enamoradas la afirmación de los geómetras no tiene aplicación.
Las líneas paralelas enamoradas se juntan y forman una sola línea.
Y para eso no necesitan llegar al infinito.
A primera vista se pueden enamorar, y juntarse a primera vista.
Siguen siendo líneas paralelas, esto es decir que siguen siendo dos líneas, pero ya no lo parecen: parecen una sola línea.
Y ya no son dos líneas: son una sola.
Desde luego sé que los geómetras no aceptarán este razonamiento.
Pero lo que hace que dos líneas paralelas se fundan una en la otra no es la geometría: es el amor.
Tampoco es el razonamiento: el amor no sabe de razonamientos.
Pero nos enamoramos, y dejamos de ser líneas paralelas para ser una sola línea.
Lo somos todavía, y lo seguiremos siendo hasta el infinito, pese a todas las geometrías y a todos los razonamientos.
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