
Leonora Jiménez: expuesta
Entrada destacada
Hace un tiempo no muy lejano Leonora Jiménez era casi casi la novia de Costa Rica. El consenso entre los ticos era prácticamente unánime: Leonora era retratada en los periódicos y la tele como la modelo tica más cotizada en pasarelas de Europa, la estrella de sofisticados calendarios, la chica altruista, la empresaria incipiente que apoyaba a diseñadores locales y, como cereza en el pastel, la gran aficionada de La Sele que era favorita para ganar el certamen Miss Costa Rica 2005. Para sorpresa de muchos, quien se llevó la corona fue la escultural Johanna Fernández, pero Leonora puso el ojo estratégicamente en otra joyita aún más valiosa. Era evidente que Jiménez se ganaba con extrema facilidad el cariño y la lealtad de los periodistas de espectáculos, que tienden a fungir más como relacionistas públicos que reporteros de los hechos. Uno a uno, cayeron rendidos ante semejante belleza y simpatía. Y fue decretado: Leonora se convirtió en la reina de la prensa farandulera. Su palabra, era ley; y ella, intocable. Pero los tiempos han cambiado, las redes sociales se masificaron y para el 2012 Leonora ya había cumpldo los 30 años. Anunció que se retiraba del modelaje en pasarelas pero que se dedicaría a desarrollar diversos proyectos: gestionaría el Mercedes Benz Fashion Week San José, lanzaría la revista Traffic y se encargaría de varios negocios y propiedades más. Por motivos desconocidos se involucró de lleno en la campaña del actual presidente Luis Guillermo Solís y además se coronó como la reina de Twitter (166,000 seguidores), Facebook (148,339 seguidores) e Instagram (72,300 seguidores) en Costa Rica. Aunque tenía a la prensa y la opinión pública de su lado, como muchas cosas en Costa Rica, la reputación de Leonora comenzó a ser víctima del serrucho entre pequeños grupos dentro del medio farandulero. Comenzaron rumores de que nunca salía del país; que la mamá la encerraba en la casa por semanas consecutivas; que nunca hizo pasarelas ni en Nueva York ni en Milán; que sus contratos eran mentira y que su verdadera profesión era la de dama de compañía. Pero bastaba con solo una mirada de ‘Leo’ al colectivo hipócrita, para que por arte de magia fuera la Diosa Suprema de la avioneta set. El mundo de la televisión es un gremio de envidias y chismes. El país ya es bastante pequeño. Métale whatsapp a esa ensalada tropical y un efecto bola de nieve termina salpicando las redes sociales de versiones distorsionadas de lo que ya de por sí son una sarta de rumores. Pero se filtraron las dudas y la gente comenzó a darse permiso de cuestionar, criticar y hasta desafiar por primera vez y en colectivo a la hermosa modelo. Semejante acto de desobediencia virtual- y contra Leonora Jiménez-era algo francamente inconcebible hasta entonces. Y es que por años los ticos habíamos leído a través de notas complacientes y carentes de investigación que Jiménez hacía pasarelas en Europa, campañas publicitarias y sesiones para importantes publicaciones. Pero hasta la fecha no existe una sola prueba concreta (una foto, un contrato) que haya sido difundida por un medio que corrobore que la trayectoria internacional de Leonora existe tal cual se nos contaba. Ese es un misterio que, 13 años después, permanece sin resolver. Leonora ‘perdida’: Misterios sin resolver Una búsqueda en Google de ‘Leonora Jiménez Portada’ tan sólo producirá como resultados publicaciones locales: Perfil, Teleguía, SoHo. Hay múltiples galerías en páginas medio puretes como Global Beauties. Pero nada de Leonora y Chanel o Leonora y Elle Magazine. Nada de Leonora en Milán, Nueva York, París… Nada. Misterio sin resolver. Lo que existen son notas escuetas de tiquicia donde Leonora narra en primera persona una serie de presuntas experiencias laborales que a ningún periodista se le ocurrió corroborar. Nunca. Periodista que la entrevistaba, periodista que confiaba en su palabra implícitamente. Esta nota del 24 de abril del 2002 en La Nación es quizás la primera con datos no corroborados: Al Día caería a sus pies 2 años más tarde con una entrevista del 14 de julio del 2004 que toma cada respuesta de la joven como un hecho. Desde supuestos contratos con marcas como L’Oreal y El Corte Inglés hasta una relación de representación laboral con la agencia española SS&M. Sólo la palabra de una Leonora de casi 22 años. Misterio sin resolver. Pero fue la reciente desempolvada de una nota para Al Día en setiembre del 2005 la que hoy en día pone la palabra de Jiménez en jaque mate. Muchos aseguran que dicha ‘noticia‘ es prueba clave de una práctica sistemática que adoptaron magistralmente Leonora y su madre, Mariela Monge, con la prensa de espectáculos. La nota se llama ‘Leonora Jiménez de película‘ y en ella madre e hija aseguran que Danny Cannon, el director de la película ‘Goal‘ protagonizada por Kuno Becker, le había ofrecido un papel a la modelo para la segunda y tercera parte de la franquicia en pleno estreno de la cinta en Londres. Todo el rollo contado después de los supuestos hechos. Misterio sin resolver. En un contexto actual, los once párrafos que Isaac Lobo dedicó a dicha historia o fantasía pintan a Leonora muy mal sí o sí: o se reconoce como una desubicada que anunció suyo un papel que no tenía, o admite que mintió: que junto a su mamá inventó la historia de cómo en una premiere londinense recibió su primera oferta cinematográfica… ¿Cómo quedó la Leo? No sé. ¿Qué pasó? Nada. Pasó una década. Pasó que Goal completó la trilogía. Pasó que la prensa local se hizo la loca. Pasó que ni Leonora ni mamá volvieron a tocar el tema porque nunca fue siquiera un extra en las películas. Pasó otro Misterio sin resolver. En la siguiente nota de La Nación del 9 de noviembre del 2008 la modelo habla de sus planes laborales y asegura vivir entre Costa Rica y Europa pero no especifica el país. Además revela de manera críptica que una semana después de la fecha de la entrevista iba a Francia a hacer un ‘trabajo especial’. Quien firma la nota no pensó en preguntar cuál trabajo, ni cuándo o dónde. Misterio sin resolver. El hecho de mantener su boda del 2008 tan teñida de misterio en un país en el que nadie lucra como paparazzo con figuras locales como ella, es algo que pocos entienden. Existe una gran confusión, de igual forma, acerca de la verdadera nacionalidad e identidad de su marido. Mientras que Leo lo nombró en La Nación como un británico de Manchester llamado John Henry, fuentes aseguraron en el 2009 al Diario Extra que era jamaiquino y de apellido Quintavalle. Nunca se les vió juntos en público y fue la misma Extra, unos meses más tarde, el únicomedio que publicó que la pareja de Leonora estaba preso por haber cometido un presunto delito (enriquecimiento ilícito). La noticia ha sido borrada de Internet. El paradero del hombre se desconoce. Misterio sin resolver. En la farandula tica eseculan sobre sus relaciones personales y de pareja, envidian el auto que maneja, dudan de la procedencia de los fondos que utilizó para establecer múltiples negocios y se preguntancuán rentables son realmente. Pero específicamente hay una conocida figura de la TV Tica que asegura que Leonora Jiménez ‘es mitómana, cómplice de varios delitos y presenta un cuadro agudo de un trastorno límite de la personalidad.’ Cuando le pregunto a dicha persona si se atreve a firmar con nombre y apellido semejantes acusaciones, ésta se limita a decir: ‘Leonora se encargará de Leonora‘. Lo único cierto es que Jiménez pareciera ser una especie de enigma y a la vez una presencia constante que muy transparentemente pide y demanda atención pública. En mi opinión, el problema es que hoy en día Leonora no parece tener realmente nada importante qué decir. Está en todo lado ‘pero siempre está en nada’. Tampoco comprendo por qué, si ella asegura ignorar a quienes llama “haters“, al mismo tiempo les da tanta munición diaria para que la hagan pedazos en distintos blogs, perfiles, y cuentas de Twitter. Sus publicaciones le deben quitar horas. Actualiza religiosamente Facebook, Twitt Su Wikipedia es un desastre que parece haber sido escrito por la propia modelo en una carrera; su página experimental/publicitaria de moda, The Peppermint Blog, se volvió para Leonora en tiquicia lo que Goop fue para Gwyneth Paltrow en Estados Unidos : una cachetada al público general que resiente que una mujer alta, rubia, bella y delgada les recomiende diariamente cómo vivir sus vidas. Lejos de informativo, el blog resultó ser un culto a la imagen de Leonora con series de publireportajes y fotografías mediocres. No en vano decidió echarle tierra al proyecto: Leonora tampoco mantuvo su anunciado retiro de las pasarelas, puesto que hoy, de 33 años, continúa siendo la estrella del Mercedes Benz Fashion Week, ingeniándoselas como sea para subirse a esa pasarela. Recientemente se involucró en una publicidad para Uber que quiso hacer pasar como un mensaje personal de su autoría acompañado del hashtag #FreeUberen su perfil de Facebook. El problema: todo salió mal. En la sección de texto mencionó que con el código leonorajiménez se le ofrecerían 2 viajes valorados en 5000 colones de forma gratuita al nuevo UberUsuario. ¿Publicidad disimulada o simplemente la labor de un alma caritativa? El problema de Leonora es sencillo pero se pone complicado: aparece en todos lados (creando saturación) transmitiendo mensajes tan distintos (confusión) que es imposible determinar su personalidad real, sus ideales y su estado emocional (identificación) Como buena empresaria que aspira ser, aún mejor debe ser el publicista que le toca contratar pero para ayer. Los seres humanos somos de contrastes. Pero hay límites. Y perdón, pero no veo que exista una coherencia entre la Leonora caritativa que defiende al medio ambiente y dice ayudar a cualquier cantidad de artistas emergentes mientras viste como una Primera Dama y la Leonora narcisista que utiliza su feed de Instagram como un egotrip/vanityshoot al mejor estilo Kardashian-Jenner. Cuando finalmente parece que tiene una opinión sobre un tema controversial y de actualidad como el caso UBER, resulta que sólo estaba hablando porque le pagaron. Eso la hace quedar como una vendida. Y estamos de acuerdo que plata es plata y ella es modelo, pero debe ser más selectiva. Necesita ser menos robótica y más apasionada, definir su voz y encontrar un público dispuesto a escucharla. Su credibilidad e imagen sin duda están en crisis. Vienen nuevas figuras y talentos a ocupar las portadas y las pasarelas. Los nuevos medios permiten una anonimidad para el usuario hostil que detrás de los teclados se lanza a insultarla desmesuradamente, sin piedad, y sin dar la cara. La pobre Leonora lee esos comentarios y se ve obligada a borrarlos a diario. Uno por uno, insulto tras ofensa. Eso debe ser un verdadero golpe a las entrañas: de esos que retumban y desorientan la realidad de una persona. Paradogicamente, Leonora es una de las voceras dela campaña #UnaMujerDeVerdad, donde se expresa de manera forzada, con limitada elocuencia y la misma madurez expresiva de hace 10 años. Desafortunadamente la locución nunca ha sido su fuerte, lo que elimina la posibilidad de una digna transición a una carrera como presentadora de TV. Por otro lado, las ínfimas capacidades Pero ella tiene que figurar cómo y dónde sea: encima de #UnaMujerDeVerdad, Leonora se comprometió a participar el próximo martes 8 de setiembre en una actividad llamada “Las 5 exitosas mujeres” de Voz Perfil. Se trata de un encuentro al aire libre con la primera dama de la República Mercedes Peñas, la diseñadora de modas Consuelo Melo; la abogada, historiadora y empresaria Nuria Marín, la cantante Tamela Hedström y, por supuesto, la Leo. Irónicamente, ella responderá valientes preguntas como ¿cuál es el verdadero significado de belleza? y ¿cómo salir adelante a pesar de las críticas? Para terminar de embarrar la cancha, hoy sigue en su insistencia de saturar la web con su imagen con el lanzamiento de NotSoBlond (algo así como NoTanRubia o ¿NoTanBruta?). Se trata de un vanity video que se supone es “una iniciativa a través de Internet que pretende tener un impacto en nuestra sociedad” a pesar de que nada que ahí aparece inspira impacto social y menos si la mayor parte del video está en inglés. She’s so cool! ¿Será que dentro del concepto se parte de la idea elitista, pretenciosa y b Señorita Jiménez: no es relevante a estas alturas si usted mintió sobre sus logros, si se los inventó, su mamá se los soñó o si su currículum desapareció. Hay muchos periodistas que aseguran que usted omitió detalles, exageró eventos y se negó a mostrar fotos de supuestas campañas en entrevistas. Como es costumbre en este país, nadie quiere dar la cara y usted se sale con la suya. Dejémoslo en que usted no es enemiga de nadie más que de su propia reputación. No importa si le cambió el nombre y nacionalidad a su ex esposo, si está libre o sigue preso. Tampoco es relevante su vida amorosa ni su estado civil actual. Pero usted insiste en permanecer en el ojo público: medite y asesórese bien. Prepárese antes de hablar sobre temas de actualidad nacional. Infórmese. Ubíquese. Respétenos. No engañe al público con negocios que no existen en papel. No monopolice las actividades ligadas a la moda y el diseño dividiendo al gremio en bandos: los que están con Leonora o los que NO están del todo… Porque bien podría pasar que cada vez se acerca más el día en el que usted se queda sola y lo único que dejará de ser relevante será un nombre: Leonora Jiménez, proceda por la pasarela con muchísima cautela. Corte y queda. |
|
\ |