ShareTweetPin ItShare Anoche, cuando la luna se deslizó en mi habitación del ático como un oblongo de luz, Sentí que había llegado a compadecerse. Era el final del año, quizás el final de mi soledad. Ella viajó con una pequeña maleta de la oscuridad, y las primeras estrellas volviendo al cielo del norte, y mi habitación, parecía, la había echado de menos. Ella fingió un interés en la estantería mientras que otros objetos habría agitado, como en un estanque de rocas, con vida inesperada: relucían hilos de cuentas en su cuenco verde, el escritorio lleno de papeles; los libros inclinados listos para abrirse y confesar: no estar seguros de la luna o si alberga una intención, Esperé; visto por su mirada fría me desvistió como un boceto de flores clavado en la pared del fondo… luego deslizamos hacia abajo para reclinarnos a lo largo del piso de madera de pino, antes de que hubiera tenido suficiente… Luna, Dije: Ambos tenemos cicatrices ahora. ¿Están más allá de vos las simples palabras de amor? Deciles a ellos. Te lo digo yo: La luna a mí no me parió: No sos mi madre; porque con mi madre, esperaría hasta la muerte. Daniel Ulibarri Actor, locutor, escritor y productor creativo costarricense con 20 años de experiencia en medios de comunicación costarricenses. See author's posts Compartir:TweetCompartir en TumblrWhatsAppCorreo electrónicoMásImprimirPocketTelegramMe gusta esto:Me gusta Cargando... Relacionado ShareTweetPin ItShare