
Instantes de tiempo y espacio
Capronio es un sujeto ruin y desconsiderado.
Su esposa le comentó:
“Mi mamá dice que va a aprovechar el confinamiento para modernizarse“.
Preguntó el desgraciado:
“¿Va a aprender a volar en aspiradora?“
“¡Dios salve al Rey!” -prorrumpió uno de los alabarderos reales.
Le indicó el jefe de la guardia:
“No es la hora de hacer el homenaje“.
“Ya lo sé -replicó el otro-. Pero la reina acaba de entrar en la alcoba de Su Majestad, y el rey está con una de sus damas“.
“¿Es éste un hotel decente?“ -preguntó don Severelo.
“Claro que lo es -respondió el administrador-.
Lo acreditan nuestras habitaciones con espejo en el techo, cama de agua, sábanas de seda negra, preservativo en el buró, jacuzzi para dos personas, jabón chiquito y televisión con canales porno“.
Doña Gorgona le dijo a la trabajadora doméstica, la octava que había contratado en el curso del año:
“Tengo un embarazo de dos meses, y no sé si el bebé será niño o niña“.
“Será niño” -aseguró la mucama.
Doña Gorgona se intrigó:
“¿Por qué lo afirmas con tanta certidumbre?“.
Explicó ella:
“Porque no hay mujer que aguante estar dos meses con usted“.
Un indocumentado nicaragüense oyó que su compañero le preguntaba:
“¿Dónde meará mi mamá?“.
Respondió:
“Diay, en el baño, como toda la gente“.
“No, jodido -se indignó el otro-. Te pregunté: ‘¿Dónde me hará mi mamá?’. Desde que me vine del pueblo no sabe dónde estoy“.

