Un girasol plantado
de alguna manera en el callejón.
Su cuello roto.
Quizás la memoria es todo el hogar
que uno en la vida obtiene.
Y rabia, donde primero se aprende lo frágil
que es el eje sobre el que todo se inclina.
Pero decir que hice las paces
con una ciudad que nunca me amó
podría ser exagerado.
Todo lo que sé es que hubo una vez
un cuarto donde no se encuentra mucho,
vacante, donde ratas se esconden
en la hierba profunda durante el día.
Ese apartamento no podía hacer,
en última instancia, lo que la ciudad misma hizo,
abandonada a la merced de su propia suerte:
Rebeliones, decían algunos.
Disturbios dijo el resto.
En cualquier caso, llamas;
y la casa que conocí aquí, cenizas…
No es un recuerdo real,
pero todavía lo recuerdo:
un carro oxidado de fondo recién entregado,
luego robado.
Despojado, recuperado,
Y construido con tornillos.
Huyendo un principio del mes de mayo.
Lo que queda de esa vida
tiembla en el retrovisor,
el mundo en llamas,
Y la mitad de mi cabeza
tierra abajo.
Daniel Ulibarri
Actor, locutor, escritor y productor creativo costarricense con 20 años de experiencia en medios de comunicación costarricenses.