
Fotografía
Esa fotografía no estaba ahí, de eso estoy seguro.
–Y yo no la puse -juran y perjuran todos.
Apareció en el álbum no sé cómo ni cuándo. En esa hoja estaba solamente el retrato de ella, Manola.
Manuela era la hija menor de don Efrén, primer dueño de la hacienda.
Manuela amaba a un hombre del Terruño cuyo nombre olvidó.
Don Ignacio, prohibió el matrimonio, pues el pretendiente no tenía bienes de fortuna.
Andaba buscando plata por el rumbo de Santa María, pero no había hallado más que piedras.
Manola quedó soltera, pues. Se dedicó al cuidado de sus padres, y de sus sobrinos luego. Cuando lo del agrarismo se perdió la hacienda.
Ella se fue a Dota, y ahí murió sola y pobre.
No quedó más memoria de ella que aquel retrato desvaído en el álbum familiar.
La otra foto apareció al lado de la de Manola. Es la de un joven caballero elegantemente vestido.
Al fondo se mira un palacete, quizá su residencia, y el hombre tiene una mirada familiarmente triste.
Tiene en los labios una sonrisa irónica.
Esa fotografía no estaba ahí, de eso estoy seguro.
–Y yo no la puse -juran y perjuran todos.
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