
Pueblo
Para mi gente en todas partes cantando sus canciones de esclavos repetidamente:
Sus endechas y sus cancioncillas y sus baladas
y jubileos.
Rezando sus oraciones todas las noches a un dios desconocido.
Doblando sus rodillas humildemente a un poder invisible.
Por mi pueblo prestando su fuerza a los
años pasados, a los años ahora y los años quizás.
Que lavan, planchan, cocinan, se agachan, cosen,
remiendan, cavan, plantan, levantan y aran la tierra.
Quienes podan y decoran el terruño arrastrados.
Esa gente que nunca gana, que no cosecha…
Pueblo que no sabe lo que no se enseña ni comprende.
Para el polvo y la arena de las montañas,
los patios traseros y los códigos implícitos.
Durante los estrechos y desconcertados años
que vamos a la escuela con falsas promesas,
sin razones ni respuestas, niños y niñas que
crecen a pesar de estas presiones binarias,
las cosas para hombres y las cosas para mujeres,
para reír y bailar y cantar y jugar
y beber su vino y religión y desconcierto.
Quienes para casarse con sus compañeros
de juego y tener hijos deben morir luego
entre la anemia emocional y el linchamiento.
Para mi pueblo perdido, desheredado, desposeído y feliz.
Su gente llenando los puteros y tabernas y demás bolsillos negros.
Para mi pueblo que necesita pan y zapatos y leche
y tierra y dinero y algo, algo que es todo nuestro.
Para mi pueblo caminando a ciegas y sin fuerzas
repartiendo alegría, cediendo el tiempo a la pereza.
Pueblo que duerme cuando tiene hambre.
Pueblo que grita cuando está agobiado.
Pueblo que bebe cuando está desesperado.
Pueblo atado y encadenado y enredado
entre criaturas invisibles que se elevan
sobre nosotros omniscientemente y se ríen.
Para mi pueblo tropezando y andando a tientas
y tambaleándose en la oscuridad de las iglesias
y las escuelas y los clubes y sociedades,
las asociaciones y consejos y comités
y convenciones, afligidos y perturbados.
Para mi pueblo engañado y devorado
por sanguijuelas hambrientas de gloria
y dinero, depredado por la fuerza fácil
del estado y la iglesia y la moda y lo que dirán.
Para el pueblo engañado por el falso profeta y creyente.
Para mi gente de pie escuchando,
tratando de crear una mejor manera
de atacar la confusión y la hipocresía.
Para quienes tratan de crear un mundo
que albergará a todas las personas,
todos los rostros, todos los adanes y evas
y sus incontables generaciones.
Que se levante una nueva tierra.
Que nazca otro mundo.
Que la maldita paz se escriba en el cielo
y se hará vibrar a universos enteros.
Porque aquí sí brota una generación llena de valor;
que se compromete con la libertad amorosa en crecimiento.
Para todo pueblo que permita que una belleza
llena de curación brinde ese apretón final:
el pulso en nuestro espíritu y en nuestra sangre.
Para cualquier pueblo que permite a canciones
marciales desaparecer en los cantos fúnebres.
Para el Pueblo que deja que una raza humana.
Pueblo que ahora se levanta.
Pueblo e instituciones que toman el control
que le sienta bien a cada mente, alma y corazón.
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ordenydecadencia
Muy bien la combinación de conceptos e imágenes, aspiraciones y concreciones, desgarramientos y esperanzas.