Puedo ver tus ojos clavados en los míos
En este espejo de batalla los dos hemos perdido:
Estás del otro lado junto al mío…
Puedo lanzar palabras más afiladas que un cuchillo
Quedamos completamente fríos
Otra daga en llamas
Me recuesto herido, sin sueños ni delirios
Con el ardor de la sangre de mis puentes encendidos
Me levanto, me quemo y seguimos el camino…
¿Qué más puedo hacer con mis rosas negras?
Se desmoronan en el polvo junto contigo.
Ahora solo traigo magia negra
Bajo un hechizo nublado por mentiras
En el humo, la profecía recoge sus presagios rotos
He dejado de intentar ser el indicado, el elegido
El que dice te amo, el que es querido
Y suelto las espinas, los pedazos rotos, el corazón partido, el reflejo que hubiese querido
Y nos mando al vacío…