
En el aire
Yo estoy loco. Aunque todos estamos locos, de una u otra forma.
Hay quienes tienen la sórdida locura del dinero. Otros sufren la engañosa locura del poder.
Muchos, más afortunados, sufrimos y gozamos la hermosa locura del amor.
Conste, mi locura también tiene otras particularidades que debo explicar.
A mí me da por hacer firmas en el aire. Con una imaginaria pluma trazo invisibles rúbricas cuyos rasgos solamente yo puedo ver.
La gente se divierte mirándome dibujar mis inexistentes signaturas, pero nadie me da dinero para que las haga.
Las más costosas (a nivel creativo, porque como dije, nadie me paga…) es la que me hace dar vueltas sobre mí mismo, saltar con el fin de poner un punto en alto, ir y venir a efecto de adornar la firma con torcidos giros y elaborados ornamentos.
Quienes me ven hacer mis imaginarias rúbricas ríen regocijadamente.
Lo que la gente no entiende es que mi oficio es escribir en el aire.
Aunque haya mucha gente que se burle porque no entienden, hay unas pocas almas locas que las sienten y conmigo, en el aire, se conectan.
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