Todos los poetas van al cielo
Aquel hombre tuvo la desdicha de nacer poeta.
Eso es una desgracia. Los poetas sufren mucho. Si no tienen sufrimientos se los inventan, pues sin sufrir no se puede ser poeta.
Una noche el poeta soñó un hermosísimo poema, más bello que los más bellos poemas que en su vida había leído.
Se despertó, arrobado. Con premura encendió la luz y buscó cuaderno y lápiz -aún se usaban- para escribir aquellos maravillosos versos.
Se echó a llorar: descubrió que los había olvidado.
El resto de su vida lo dedicó a tratar de recordarlos. Fue en vano. Murió sin poder traerlos a la memoria.
El poeta se fue al Cielo. Todos los poetas se van al Cielo, incluso los llamados "malditos".
Ni siquiera pasan por el purgatorio: ya lo tuvieron en la Tierra.
Cuando llegó a la morada celestial, el poeta oyó a un ángel que decía unos versos. El ángel lo vio y le dijo:
-Es tu poema. Lo trajimos acá porque era demasiado bello para los humanos.