La Silla
Mientras el mundo prepara la cena, yo me siento en la silla.
Soy cada una de las moléculas de tantas conversaciones que mantuve con los espejos.
Todos los intercambios.
Los enfados insignificantes.
Las revelaciones mortales.
Las simples declaraciones de desastre.
Los gruñidos mortíferos de la vida.
Estoy entre muertes y escucho la melodía de mis orquestaciones de carbono.
Mi destino vuela nadando en sangre y vacío.
La puntuación al final de la oración le da significado a cada silencio y espacio que le precede.
El amor y la muerte son las grandes bisagras sobre las que gira la experiencia humana.
Lo que hacemos por nosotros muere con nosotros.
Lo que hacemos por otros nos rebasa.
Yo sigo aquí…