Cuerpo, mente y lástima
El gusto se alimenta en partes de la mente que preceden la lástima.
Lo que el cuerpo experimenta no se limita a la realidad,
así que forzamos a la realidad a adaptarse.
Se amplían los paladares entre el asesinato y la piedad.
Fabricamos la piedad en las parte crecidas de nuestro cerebro básico.
Tampoco existe el asesinato. Nosotros lo inventamos.
Solo le importa al cuerpo, tan lleno de sí mismo.
No hay lugar para la lástima en la mesa.