
Ciempiés
El Señor hizo al ciempiés.
Lo vio el Espíritu y no le gustó nada. Dijo al Creador:
–Al hacer al hombre metiste la pata. Pero aquí metiste 100.
Replicó el Hacedor:
-Tiene exactamente el número de patas que necesita; ni una más, ni una menos. En mi universo nada falta y nada sobra.
Al paso del tiempo la pareja de ciempiés tuvo un ciempiesito. Cierto día el pequeño ciempiés lloraba desconsoladamente.
-¿Qué te sucede? -le preguntó el Señor.
-Me quebré una patita -respondió la criatura entre lágrimas.
-¿Cuál? -quiso saber el Padre.
-No sé -respondió el ciempiesito-. Nada más sé contar hasta 10.

