El Funcionario del Estado le dijo al señor equis:
–Irás a prisión.
–¿Por qué? -preguntó con angustia el señor equis.
–Eso no importa -respondió, displicente, El Funcionario-. Lo que importa es que irás a prisión. Después averiguaremos la causa.
El señor equis se echó a llorar, desesperado.
Cuatro días después El Funcionario del Estado le dijo al señor equis:
–Saldrás de la prisión.
–¿Por qué? -volvió a preguntar el señor equis.
Contestó El Funcionario:
–Recibimos una carta firmada por Los Suscritos que Abajo Firman, y súbitamente descubrimos que sos inimputable.
El señor equis se atrevió a protestar:
–Sin embargo me mantuvieron preso cuatro días.
–Eso no importa -respondió con mayor displicencia El Funcionario-. Nosotros también somos inimputables.