
Apetitos fugaces
“Mientras estemos vivos”, estuvimos repitiendo.
Lenguas, gargantas, los techos de nuestras bocas
completamente secos, esqueletos podríamos ser…
Máscaras de pánico que usamos para efecto
más que efecto, más real de lo que admitimos.
Ya no quiero saber lo que era el alma,
soy feliz de ver mi sombra y aún no poderla tocar…
Feliz de tener sol en nuestra espalda,
camino guiado por la sombra, cuerpos, luz…
El sol de la tarde ilumina la hoja, el destello
de vidrio, que pensamos para no estar
desprevenidos, atrapados y olvidados.
Fuimos insensatos y bebemos el sudor como resultado.
Los consejos de las lenguas no sabían nada,
bebimos y sorbimos sin hacer una mueca…
comimos pasteles y sopa de uñas, un gazpacho
y almas que nadie está dispuesto a decir qué era…
Soufflé de nudillos y cartílago comimos.
Le quitamos los ojos a las moscas volando atrás:
una especie de caviar, almas que se van.
Llevábamos capas y masticamos cucharas …
Gemían las verdades abstractas mientras comimos
el buffet del día después de todo lo que nos fue.
Codos en el aire como alas, yo seguí comiendo,
los ojos en blanco, día tras día de los muertos.
Ya no tenemos sed, ni resaca, ni volteamos
nuestras narices porque muerto no huele al otro.
Compartir:
- Haz clic para imprimir (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Twitter (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Tumblr (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en WhatsApp (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Pinterest (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Reddit (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para enviar por correo electrónico a un amigo (Se abre en una ventana nueva)
- Más


Entradas Relacionadas

Celos
agosto 24, 2020
El fabulista y su fábula
junio 30, 2021