Cielos y tierra
El Señor creó los cielos y la tierra. Le dijo el Espíritu: -Está bien. El Señor creó el Sol, la Luna y las estrellas. Le dijo el Espíritu: -Está bien.
| química lírica
El Señor creó los cielos y la tierra. Le dijo el Espíritu: -Está bien. El Señor creó el Sol, la Luna y las estrellas. Le dijo el Espíritu: -Está bien.
Es crucial que reflexionemos en la importancia del poder que todos debemos ejercer, como pueblo unido que somos, entendiendo que democracia no es sólo el acto de votar a nuestros gobernantes.
Es imposible no identificarse con los temores al contagio, con las angustias del confinamiento, con el sufrimiento de los infectados, con el egoísmo de quienes buscan medrar y con el trabajo incansable del personal de salud.
Cuando se sientan los efectos de esta política aberrante los primeros en resentirlos serán precisamente los pobres.
Lo peor que las autoridades podrían hacer sería ocultar las cifras relacionadas con el coronavirus.
Son incógnitas en un mundo donde la duda es la regla. No sabemos hasta cuándo durará la psicosis viral y los pronósticos son poco alentadores.
Algo palpita en el aire, son gestos, son miradas. ¡Qué horror! Un grito unánime. ¡Pereceremos! En la popa, lo primero que se hunde, duerme Dios.
El Gobierno no puede darse el lujo de reacomodar las sillas del Titanic. Debe impedir que la nave choque, y nos hunda…
Y así como el final de la alegría suele ser el dolor, las miserias se terminan con el gozo que las sigue…
Aceptar nuestras diferencias y afrontar nuestras fobias con educación será clave para atender a la paz en los años siguientes.
Para cuidar a la población no es necesario aplicar medidas dictatoriales como las que están aplicando muchos países.
Acordarse de lo divino en tiempos de dificultad es muy humano. Muchos hay que en la vejez -difícil época- se vuelven rezadores e iglesieros.
La migración en Centroamérica ha mostrado el rechazo de Costa Rica para recibir y proteger a nuestros vecinos de acuerdo a los derechos humanos y al derecho internacional.